
Terapias Individuales
Es increíble pero hoy en día todavía no se reconoce el valor
de la psicología y la labor de los profesionales. La gente considera que es
capaz de reparase sola y seguir para adelante, disfrutando de una vida plena.
Si tenemos problemas con nuestro coche creo que a nadie se le ocurrirá
arreglarlo en casa. Así mismo, por hacer un simple doble del pantalón, preguntaremos
y pediremos recomendaciones para una buena modista. A cambio si tenemos que
reparar nuestra alma, nos conformamos con remedios caseros.
El psicólogo es mente y corazón. La psicología es su
religión, su forma de pensar y sentir, la forma de percibir la vida y
entenderla. Los métodos que utiliza se adaptan a las personas y no al revés,
pues entiende y respeta la peculiaridad de cada ser.
El trabajo del terapeuta consiste en acompañar en tres pasos
importantes, motivación, marcar un rumbo y mantener la determinación y la
constancia.
A veces intentamos crear nuevas realidades de forma absurda.
Nos centramos en el miedo, en los obstáculos y en evitar el esfuerzo, por esa
razón sentimos tanto dolor. Cuando abrimos nuevos caminos y estamos tensos, la
incomodidad y la inquietud sacuden al cerebro desafiando a la inteligencia y a
la creatividad y solamente de esta manera llegamos a descubrir nuevas
soluciones. El esfuerzo es el verdadero camino hacia el aprendizaje. Por esa
razón, la determinación, la persistencia y la paciencia son valores tan grandes
e importantes.
Ante las circunstancias que nos encontramos tendemos a creer
que todo el problema está fuera de nosotros y sentimos impotencia ante los obstáculos. En
realidad todo el poder que tenemos está en la mente y en los recursos que
tenemos. Lo que necesitamos es un ajuste de lo que disponemos y lo que nos
limita, crear nuestra propia brújula emocional que nos acompañe durante el
viaje por la vida. Muchas veces naufragamos y si carecemos de esa brújula
interior nos perdemos en los demás y en sus caminos.
El primer paso hacia crear esa brújula, es conocerse a
uno mismo. Es un trabajo interno muy profundo, que pone a prueba todas
nuestras creencias y limitaciones hasta el punto de darnos cuenta que nada es
lo que parece, que el mundo exterior no debe determinar quiénes somos. Es más,
nos ofrece miles de oportunidades, a través de personas, situaciones y
conflictos para trabajar en nosotros y crecer. Tenemos que abandonar las
excusas que nos llevan al victimismo y empezar a tomar decisiones.
Estamos de acuerdo que muchas cosas de las que nos pasan no nos parecen justas
o merecidas, pero echarnos a llorar no nos lleva a ninguna parte. Hay
muchísimos ejemplos de personas que llegan a transformarse tomando una actitud
radical en sus vidas y es dejar de ser víctimas pasivas y atrapadas en la
realidad, convirtiéndose en creadores
de las propias circunstancias a medida de sus posibilidades. No se trata
de que te conviertas en alguien diferente de lo que eres, se trata de
sacar a
la luz tú verdadero ser, en el que crees, quieres y valoras.
Las terapias individuales tienen como objetivo prestar
atención personal, asegurar la confidencialidad y la intimidad. El paciente
siente la total libertad de expresarse sin que se sienta juzgado, criticado y
cuestionado. Son acompañamiento encaminado hacia la sanación del propio
yo y el descubrimiento de creencias limitadoras. A través de técnicas
adecuadas se logra tomar consciencia, desaprender pautas dañinas y aprender
nuevas formas de ver y entender a la vida. Durante las terapias se aprende a
conocer las propias emociones, se favorece el contacto con los sentimientos
y se facilita la expresión adecuada de
cada uno de ellos. Afrontando los
miedos, se reduce la ansiedad y la depresión, aumenta la autoestima y se crea
auto imagen correcta y realista. En casos de víctimas de violencia o abusos
sabemos, que las consecuencias en la salud mental son graves. Sufrir malos
tratos o humillaciones se asocia a una serie de características de personalidad
que reflejan un estado de desajuste o malestar generalizado y permanente que
genera cambios emocionales profundos y obliga a la víctima a adaptarse a esta
situación. Por lo tanto la atención es más especial y especifica.